sábado, 25 de abril de 2015

700


Es el número que esta semana se ha convertido en noticia. La cifra de la tragedia, de la desesperación y por qué no decirlo, de la vergüenza. La cuantía de vidas truncadas que se ha tragado el Mediterráneo. Los medios ya lo califican como el peor naufragio ocurrido en aguas mediterráneas. Personas con sus nombres y apellidos que en busca de una vida mejor se han topado con la muerte.

Madres angustiadas que han puesto en riesgo su vida y la de sus hijos pensando que aquel maldito barco podría ser el transporte para una vida mejor. Padres de familia que dejando atrás a sus vástagos se aventuran a probar suerte en un nuevo, y supuestamente prometedor, continente con el único objetivo de enviar dinero a sus familias. Niños y jóvenes con toda una vida por delante arriesgando todo lo que tienen anhelando una vida digna.  Y es que no debemos olvidar que detrás de esa cifra se esconden personas, como tú o como yo, personas a las que el  instinto de luchar por la vida les empuja a huir de la macabra situación que viven en sus países de origen.

Muchos pensarán que nada pueden hacer para solucionar esa situación, que es cosa de los altos mandos, de los políticos de renombre. Y en cierta manera así lo es. Son ellos quienes tienen que mover los hilos para acabar de una vez con tales barbaries. Nosotros sin embargo, somos los que damos la bienvenida a las personas que han corrido mejor fortuna que sus compatriotas. Somos quienes convivimos con los que han escapado de la guerra, con los que han dejado a sus familias a miles de kilómetros para poder darles sustento y con los que sueñan con un futuro que su país de origen en este momento no les puede ofrecer.

Podemos ayudarles, acompañarles e incluso darles una oportunidad. Asimismo podemos criticarles o tacharles de aprovechados. Decir que no vienen aquí más que a vivir de las ayudas del gobierno o quitarnos el trabajo. ¿Arriesgar la vida de uno mismo y la de toda su familia embarcando en una patera por el simple hecho de vivir de los demás? ¿Para robarles el trabajo a quienes les acogen?


Ustedes deciden en qué bando se posicionan, pero decidan lo que decidan sean empáticos e imagínense a ustedes en esa misma situación.


Ane Sagarzazu

                                                   Foto vía GTRES

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